¿El Fin de la Superpotencia Solitaria? (II)

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¿Podría desaparecer el predominio internacional de Estados Unidos? Hace ya algunas semanas publiqué un artículo explicando como Samuel Huntington intentó dar su visión sobre este asunto. Habíamos explicado que existen dos modos enfrentados de regir la Sociedad internacional: el unilateralismo y el multilateralismo. Dos posiciones que luchan constantemente para imponerse el uno al otro. ¿Habrá un ganador? Veamos qué nos dice el politólogo americano…

Según Huntington la superpotencia, Estados Unidos, desea conformar un mundo unilateral. Para dar esa forma a las relaciones internacionales convierte su deseo en realidad y actúa de modo unilateral siempre que tiene ocasión. Sin embargo, estas actuaciones no tienen lugar en el vacío sino que se trata de actos que afectan a otras naciones. Actos que provocan temor en éstas últimas de resultar finalmente sometidas por la superpotencia. Como reacción a este temor el resto de naciones intenta contrarrestar los esfuerzos de la superpotencia potenciando un funcionamiento multipolar del mundo. Es decir, intentan someter al gigante forzándolo a actuar conjuntamente con ellas mediante acuerdos. Intentan amordazar al gigante. El resultado de esta lucha sería ese huntingtoniano mundo «unimultipolar».

Para explicar esto, el autor nos recuerda que en cierta ocasión, Madeleine Albright dijo que EEUU era «la nación indispensable» y que «estamos a gran altura y, por tanto, vemos más allá que otras naciones». A lo que contestó:

Esta afirmación es cierta en un sentido restringido: EE UU es un participante indispensable en cualquier esfuerzo por abordar los principales problemas globales. Pero es falsa si también implica que otras naciones son prescindibles -EE UU necesita la cooperación de algunos países para resolver cualquier asunto- y que la indispensabilidad estadounidense es la fuente de la sabiduría.

«El más fuerte nunca es lo suficientemente fuerte como para ser siempre el amo, si no transforma la fuerza en derecho y la obediencia en deber». Estas palabras de Rousseau en el Contrato Social explican lo que le podría ocurrir a Estados Unidos de persistir por la vía del unilateralismo. Según el politólogo, esta forma de actuar lleva a los Estados Unidos a encontrarse cada vez más aislados en la Sociedad Internacional. Como ejemplo de ello habla Huntington de la deuda de Estados Unidos con las Naciones Unidas, las sanciones contra Cuba, Irán, Irak y Libia, el Tratado sobre minas terrestres, el recalentamiento del planeta, el Tribunal Penal Internacional, Oriente Próximo, el uso de la fuerza contra Irak…

La motivación de Estados Unidos al tomar un papel protagonista en muchos de estos asuntos sería el de actuar en nombre de la Comunidad Internacional. Una Comunidad que, según el politólogo norteamericano, no es tal:

Los norteamericanos dicen constante­mente hablar en nombre de la «comunidad internacional». Pero ¿a quién se refieren? ¿Acaso a China? ¿A Rusia? ¿A India? ¿A Pakistán? ¿A Irán? ¿Al mundo árabe? ¿A la Asociación de Naciones del Sureste Asiático? ¿A Áfri­ca? ¿A Latinoamérica.? ¿Tal vez a Francia? ¿Alguno de estos países o regio­nes ve a EE UU como el portavoz de una comunidad de la cual forman par­te? Pero esa comunidad en nombre de la que EE UU habla, incluye, en el mejor de los casos, a sus primos anglosajones (Reino Unido, Canadá, Aus­tralia, Nueva Zelanda) en la mayoría de los asuntos, a Alemania y a algunas democracias europeas más pequeñas en otros, a Israel en algunas cuestio­nes relativas a Oriente Próximo y a Japón en el cumplimiento de las resolu­ciones de la ONU. Éstos son Estados importantes, pero no llegan a ser, ni mucho menos, la comunidad internacional global.

Por lo tanto se trataría de actividades ausentes de toda legitimidad internacional. Una falta de legitimidad que provocaría naturalmente la animosidad del resto de Estados, su alejamiento respecto de Estados Unidos. Este alejamiento llevaría lentamente a Estados Unidos al aislamiento. A convertirse en una «Superpotencia Solitaria». Y ese aislamiento, como ha demostrado la Historia dirige a las naciones hacia la decadencia y a la aparición de nuevas potencias.

La conclusión de Samuel Huntintong es clara: el unilateralismo es insostenible. Por ello, los Estados Unidos, la superpotencia, debería iniciar un período de reflexión. Una reflexión que, evidentemente, estará basada en el interés por seguir siendo el más fuerte pero que deberá introducir consideraciones nuevas como si realmente es más beneficioso para sí misma el seguir siendo la supepotencia y gendarme del mundo por tiempo limitado o si bien es más cómodo ser la potencia principal en un mundo multipolar.

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