Impulsando el Emprendimiento Social en España

Hace unos días tuve el honor de participar en una sesión de trabajo para el impulso del Sector del Emprendimiento Social en España. Se trataba de empezar a hacer girar la rueda para conseguir que en el futuro el emprendimiento social sea algo perfectamente conocido y respaldado por la sociedad.

A la sesión fuimos invitadas varias personas relacionadas con este incipiente sector en nuestro país: desde emprendedores sociales como Pau Llop de Bottup o Rodrigo Aguirre de Cárcer de SocialBid; hasta personas que trabajan ya para impulsar a emprendedores sociales como José Martín Cabiedes, patrono de la Fundación HazloPosible; María Calvo y Elena Correas de Ashoka España; Luis Berruete de la Fundación CREAS; o Anita Seidler o Max Oliva, cofundadores de The HUB Madrid entre muchos otros.

Parafraseando a Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz y fundador del Banco Grameen, un emprendimiento social es una nueva modalidad de empresa introducida en el mercado con el objetivo de hacer el bien para las personas y para el mundo en general. Suena raro, ¿verdad?

Lo cierto es que sí pero es perfectamente posible. Se trata de empresas que nacen con el objetivo de resolver un problema social, como si de una ONG se tratara, pero que se diferencian de ellas en que son innovadoras en los modelos de negocio y totalmente sostenibles. No dependen de la buena voluntad de la gente sino del talento que consigan acumular y de su capacidad de transformarlo en una actividad económica que al mismo tiempo produzca beneficios sociales. El mejor ejemplo es la obra de Yunus: un banco que presta dinero a los pobres (¿a quién se le hubiera ocurrido nunca montar una empresa para prestar dinero a los pobres?) y que ha sacado de la pobreza a millones de personas gracias a los microcréditos. El Banco Grameen es eso, un banco, una empresa, que produce beneficios e invierte en personas.

La cuestión es que en España el emprendimiento social apenas ha despegado. Para empezar es necesario que sea un concepto ampliamente conocido, a día de hoy todavía mucha gente frunce el ceño cuando se lo contamos (¿Pero de qué me estás hablando?). Después es necesario que esté presente en nuestra educación, que cualquier persona al terminar sus estudios sea consciente de que puede poner su talento a disposición de aquello en lo que cree y, además, poder vivir de ello. Es preciso que las administraciones públicas reconozcan este tipo de emprendimientos como algo diferenciado y que les retire las trabas que tienen hoy en día. Es necesario que la gente que tiene pasta sepa que también puede invertir en este tipo de empresas, el mismo Yunus hablaba incluso de que haya un mercado bursátil separado para este tipo de empresas.

Pero sobre todo, como me pillan diciendo en el vídeo, es necesario que en España dejemos de tener pánico a emprender, pánico al riesgo y pánico a fracasar. Es necesario que asumamos que fracasar es una de las experiencias más enriquecedoras que podemos vivir. Nos hace más fuertes y nos hace más sabios. Y debemos asumirlo rápido porque sin personas que emprendan, que se arriesguen, sin personas que no tengan miedo a fracasar no podremos conseguir que nuestra sociedad avance.

A la mayor parte de nosotros desde pequeños nos han dicho que tenemos que escoger entre ganar dinero o hacer aquello con lo que soñamos. Ahora muchas personas tenemos que decidir algo importante: si nos quedamos con los únicos dos caminos que nos han planteado o si decidimos salirnos y empezar a atravesar el campo para caminar nuestro propio camino.