La Universalidad de los Derechos Humanos

Cuando se mencionan los Derechos Humanos, la Declaración de 1948, muchas veces se obvia una de las palabras claves del nombre de tal declaración. Me refiero a la palabra “universal”. Quizás la más importante dentro del grupo “Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Nueva Libertad

Como define mi querido y recién adquirido Diccionario Lid sobre Diplomacia y Relaciones Internacionales (libro que evidentemente les recomiendo), la universalidad de los Derechos Humanos es un “principio por el cual los Estados tienen el deber de promover y respetar los derechos humanos, con independencia de cualquier particularidad territorial y de las concepciones propias de las distintas culturas o religiones».

La teoría de la universalidad a secas, cuyo contenido podrán ustesdes intuir, se opone claramente a la del relativismo cultural. La Wikipedia nos la explica breve pero bastante bien:

El relativismo cultural es una ideología político-social que defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos, que no sea la moralidad y la ética de la cultura respectiva.

En las manifestaciones más extremas, al no disponer de ningún criterio moral externo al cual remitirse, llega a considerar tan legítimo el vudú como la ciencia o a legitimar la ablación de clítoris, dentro de las culturas en que han surgido y se mantienen.

Ante esto, creo que todos podríamos estar de acuerdo en que no merece la pena imponer una cultura sobre otras ya que precisamente la existencia de diversas culturas nos enriquece. Ahora bien, eso no nos hace relativistas.

No hay que confundir la cultura con ciertas manifestaciones, culturales o no. Es decir, no debemos confundir una cultura diferente o aparentemente diferente, cultura que debería preservarse, con comportamientos que resultan flagrantes violaciones de los Derechos Humanos. En la cultura europea (si es que eso existe), hoy portadora del estandarte de los Derechos Humanos, tenían lugar hace tiempo actuaciones absolutamente contrarios a la actual Declaración de los Derechos Humanos (piénsese, por poner un ejemplo, en la tortura). Pero eso se superó y se eliminó. Y sin embargo la cultura europea no dejó de existir.

Eso pone de manifiesto que tales hechos no formaban parte fundamental de lo que la definía como cultura. Cultura y Derechos Humanos son, pues, independientes. O eso le parece a un servidor.

¿Y a ustedes?