Seminario de Diplomacia Pública II

Bien, si no recuerdo mal, el anterior post sobre el Seminario de Diplomacia Pública lo habíamos dejado en la mitad de la conferencia de Javier Noya. Estábamos explicando que la Diplomacia Pública ya ha sido aplicada por muchos Estados aunque no siempre afortunadamente. Veamos algunos ejemplos.

Frente a lo que se pueda pensar, la Diplomacia Pública no es un instrumento exclusivo de EEUU. Países como China la utilizan profusamente. Ésta tiene un especial interés en disolver los temores que su fuerte crecimiento está inspirando, tanto el temor económico como el militar. En ese marco podemos situar la visita de una delegación china España o la contratación por parte del gobierno chino de compañías de relaciones públicas norteamericanas para enfrentarse al problema de la venta frustrada de ordenadores a las Cámaras de Estados Unidos. Si los esfuerzos de China hacia el exterior son considerables, no lo son menos los que innumerables países dirigen a este extenso país.

Otra importante Diplomacia Pública es la puesta en práctica por el Reino Unido a través de instrumentos como la BBC World o el British Council. Noya resaltó la originalidad de su Diplomacia Pública ya que en ella la sociedad civil se convierte en un elemento fundamental. No hay más que ver como el gobierno británico se afanó a impulsar la campaña LIVE 8 para contrarrestar la mala imagen creada por su participación en la guerra de Irak.

Este último acontecimiento nos demuestra como de importante son cosas como la música y la cultura en la Diplomacia Pública. No hay más que recordar como en los años sesenta EEUU fomentó la realización de giras de Jazz por todo el mundo pues el Jazz, al ser una música de improvisación, genuinamente americana y asociada la negritud americana, transmitía un valor fundamental de los Estados Unidos: la libertad. Una libertad que también era patente en otros movimientos artísticos apoyados por EEUU como el expresionismo abstracto.

Siguiendo con EEUU hay que señalar el giro que la Diplomacia Pública americana sufrió a partir del 11S. A partir de entonces, ésta se dirigió primordialmente a los medios de comunicación de masas. Las embajadas, principales catalizadores de una Diplomacia Pública, tenían que ser dejadas de lado porque se habían convertido en objetivos de los terroristas. La consecuencia no se hizo esperar: lo americano se conviritió en algo distante. Ello llevó al reforzamiento de un estereotipo negativo. En defintiiva, se trató de una Diplomacia Pública equivocada ya que se concentró solamente en la esfera «macro».

Ed Murrow, cuyas hazañas han sido recientemente recordadas en la película Buenas Noches y Buena Suerte, afirmó en una ocasión que «uno de los principios fundamentales de la Diplomacia Pública es la coherencia entre las políticas y la comunicación«. Es decir, la Diplomacia Pública debe incorporarse desde el principio a las políticas. En otras palabras, no debe ser propaganda. De lo contrario, está abocada al fracaso.

Y es que la Diplomacia Pública no es un poder blando, dijo Javier Noya. Se trata de una política dura. Interesada. Esto podemos verlo claramente distinguiendo la Diplomacia Pública de un concepto distinto como es el de Marca País. La Marca País tiene como objetivo el atraer inversiones, turismo, etc. Es decir, tiene como fin primordial el situar a un país en el mapa para hacerlo atractivo. La Diplomacia Pública, en cambio, es mucho más ambiciosa, su objetivo no es situar a un país en el mapa sino cambiar el mapa.

Esto, que puede sonar grandilocuente no lo es. La Diplomacia Pública no es cosa de grandes potencias. Países más pequeños como es el caso de Noruega llevan años labrandose una fuerte y positiva reputación en la Sociedad Internacional. Ello lo ha convertido en el país al que todos recurren para que medie en los conflictos internacionales.

A continuación, Javier Noya apuntó cuales son los retos de la Diplomacia Pública española pero eso lo dejamos para otro post…

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