Esa es la solidaridad del gobierno del Partido Popular en la Generalitat Valenciana. ¿Que por qué lo digo? Pues porque miente a los ciudadanos cuando afirma que destina el 0’7% de sus recursos a la Cooperación para el Desarrollo.
El gobierno valenciano prometió hace ya dos años alcanzar el 0’7 para destinarlo a la Cooperación. Sin embargo, no solamente se ha descabalgado del cumplimiento de su promesa, pues este año ha reducido el presupuesto, sino que insulta a nuestra inteligencia cuando quiere hacer pasar por Cooperación al Desarrollo parte de lo que se gasta en las fallas:
La Administración valenciana mete en el saco de cooperación los 95,571 millones de todo el presupuesto de 2009 de la Consejería de Inmigración y Ciudadanía, según denuncian las ONG. En estas partidas se incluyen, por ejemplo, los premios President dirigidos a premiar fallas, fogueres y gaiates […] actividades que difícilmente se pueden considerar como ayuda a los países en desarrollo.
Lo que es Cooperación y lo que no es Cooperación no se lo saca uno de la manga. Lo que es cooperación y lo que no lo es lo marcan los criterios del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y creo que no es necesario que entre a explicar que dedicar más de 95 millones a fallas y hogueras no es Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Poca ética demuestra el Partido Popular cuando, en el momento en que más necesario es mantener la ayuda, se aleja de cumplir su compromiso de llegar al 0’7. Mucha menos cuando a escondidas intentan reducir el presupuesto. Pero lo que es absolutamente indignante es que intente engañarnos haciendo pasar fallas por Cooperación Internacional para el Desarrollo. Esa es la solidaridad del Partido Popular, una solidaridad de cartón piedra.