Una Lógica Terrorífica

Volvemos a la carga. Tras unas semanas de estudio más intenso de lo normal, un examen y unos días de descanso ya no aguantaba más sin darle a la tecla. Además, ha sido una grata sorpresa ver que en este tiempo algunos blogs han concedido un enlace a Cosas de la Diplomacia. Entre ellos cabe destacar, por ser un blog especializado en una materia propia de las relaciones internacionales, el blog llamado «El Tirador Solitario» de Pedro Lucio. Una perlita para los amantes de los temas de defensa.

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Pero dejémonos de prolegómenos. Hoy quería escribir sobre los Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra, que han cumplido 30 añitos. Que… ¿qué son éstos Protocolos Adicionales? Se trata de dos añadidos que se hicieron a los Convenios de Ginebra de 1949. Si los Convenios fueron importantes por establecer normas sobre Derecho Humanitario, éstos contenían normas muy generales y, además, solamente hacían referencia a los conflictos de carácter internacional. Los Protolcoos vinieron, por una parte, a dar una mayor concreción a esas normas de Derecho Internacional Humanitario y, por otra, a extender las normas a los conflictos armados de carácter interno.

Pero no solo eso sino que los Protocolos Adicionales I y II establecieron también que los civiles debían ser protegidos en los conflictos armados. Un hito en la historia del Derecho Humanitario. Las normas al respecto son múltiples pero es destacar que se estableció la prohibición de atacar indiscriminadamente. Sin diferenciar entre población civil y militar o entre objetivos civiles y objetivos militares.

El Comité Internacional de la Cruz Roja ha elaborado una página web de conmemoración de estos protocolos en los que, brevemente, se recoge una explicación de qué son los Protocolos I y II, por qué son importantes y cómo protegen a las personas. No se la pierdan.

Tras leerlo quizás se pregunten, como yo hice en su momento, por qué si nos hemos dado estar normas es ahora, más que nunca, cuando son civiles las principales víctimas de los conflictos armados. Probablemente Jorge, Jesús o Pedro puedan darles buenas explicaciones. Mi reflexión es que, hoy día, las batallas ya no se libran contra reyes y sus ejércitos, instituciones desligadas de la población; sino que existiendo una conciencia democrática, incluso en los países más autoritarios, que legitima el poder es quizás necesario actuar sobre esos legitimadores para derrotar a quienes ocupan la cúspide de la pirámide. Es decir, si bien antes una batalla se libraba en un campo entre dos ejércitos organizados dando como resultado una victoria y derrota que debía ser aceptada por las partes; en la actualidad la forma de derrocar a un gobierno sería aterrorizando a su población para que ésta, posteriormente, le retirara su apoyo o incluso lo hiciera caer.

Es una lógica terrorífica. Espero equivocarme.