¿Es el castellano nuestro petróleo?

Hace unos meses escribí por aquí un artículo sobre el papel del castellano en Estados Unidos y desde hace unos días estoy trabajando con un artículo de ElPaís del 24 de marzo de este año en el que se aportan nuevos datos sobre el auge de nuestra lengua. Éste último se titula «España descubre el petróleo de la lengua».

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La nueva sede del Instituto Cervantes en Madrid

El castellano no es solamente una lengua pujante en Estados Unidos sino que podría llegar a convertirse en la lengua vehicular de todo el continente americano en algunas décadas. Recordemos que Brasil también se ha subido al carro del castellano al convertirlo en lengua obligatoria en las escuelas.

El artículo aporta datos interesantes sobre el crecimiento del interés por el castellano, así, señala que

Excluido el inglés, el español es el único idioma europeo que crece, y espectacularmente, en plena ofensiva china de la afloración de los institutos Confucio y de la siembra de los centros de enseñanza del árabe financiados por los saudíes. Mientras el Goethe Institut alemán sopesa el cierre de algunas de sus sedes y la centenaria Alliance Française asiste alarmada a la contracción de la demanda -centros infrautilizados se han abierto a la enseñanza del español- el joven Instituto Cervantes prosigue su expansión e inaugura en Madrid una sede central que por su potencia y características arquitectónicas parece una alegoría de la fortaleza y del renovado valor de la lengua.

El ascenso del castellano provoca que miles de estudiantes se desplacen a España para aprender la lengua in situ. Eso ha llevado, por ejemplo al Gobierno de Castilla y León a invertir 35 millones de euros para convertirse en el destino líder mundial (sic) para el aprendizaje del español. Para comprender dicha inversión no hay más que tener presente que se calcula que los 180.000 extranjeros que vinieron a España aprender el idioma (cifra que crece un 7% anualmente) aportaron unos ingresos de 370 millones de euros. La Universidad de Comillas, en Cantabria, tiene por su parte el objetivo de convertirse en el gran centro internacional de formación del profesorado de español.

Está claro, la cuestión no es ninguna tontería, ya que a lo dicho hay que sumar el hecho de que los estudiantes de español se convierten frecuentemente en consumidores ya no solo de cultura española sino de servicios turísticos y productos propios como el aceite, por reproducir el ejemplo que cita el artículo.

Es pronto todavía para aventurarse a afirmar cuál será el papel del castellano en el mundo pero lo que está muy claro a día de hoy es que resulta imprescindible aprovechar el tirón que está teniendo nuestra lengua, ya no solamente para difundir nuestra cultura y nuestros valores, sino también para ser receptores de nuevas ideas que nos permitan seguir progresando en todos los campos.