10 maneras de seguirle la pista a la felicidad

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Una de las cosas que aprendí hace tiempo fue la de dejar de buscar la felicidad. ¿Suena raro verdad? Dejé de hacerlo porque generalmente, aunque todos tenemos una idea distinta de lo que es la felicidad, suele ocurrir que nos hacemos una idea equivocada de lo que nos hace felices: un puesto de más responsabilidad, ganar más dinero, comprarse un coche nuevo…

En su lugar, hace ya tiempo que, en lugar de buscar la felicidad, intento “seguirle la pista a mi felicidad”. ¿Cuál es la diferencia? Lo segundo es algo más complicado que lo primero. Lo primero suele responder a una forma idealizada de nosotros mismos que en muchas ocasiones perseguimos y solamente nos lleva a la frustración. Seguir la pista a la felicidad, en cambio, es un ejercicio que hay que hacer todos los días y que consiste en estar atento a esos momentos cuando uno es feliz, reconocerlos y perseguirlos activamente.

En mi caso, “seguirle la pista a mi felicidad” me lleva a cosas totalmente distintas de las que había imaginado para mi. Y mi manera de seguirle la pista se reduce, por lo tanto, a una máxima bien sencilla pero esencial: haz más de lo que te hace feliz, haz menos de lo que te hace infeliz.

De nuevo, fácil de formular y difícil de mantener presente en mi día a día. Por eso, de vez en cuando, me hago una lista de las cosas que me dan y que me quitan energía. Y de forma activa me “impongo” hacer más de unas y menos de las otras. Ésta es mi lista para este año:

1. Más decirle a la gente cosas bonitas
¿Cuántas veces has pensado “esta tía es fantástica” y no se lo has dicho?¿Cuántas veces has visto un trabajo bien hecho y no lo has reconocido?¿Cuántas veces te ha admirado la generosidad de alguien y te lo has guardado para ti? Una de las cosas que me hacen más feliz es decirle a la gente las cosas buenas que pienso de ellos en el momento en que me pasan por la cabeza.

2. Más charlas interminables y viajes con amigos
Esto requiere poca explicación. Algunos de los mejores recuerdos de este año han sido los viajes con amigos a sitios más o menos lejanos y las conversaciones hasta la madrugada con ellos. Si no tienes la oportunidad de marcharte de viaje, hablar es gratis. Si tus amigos están lejos, Skype sigue siendo fantástico. El otro día me pegué una charla de tres horas con un amigo que vive en Los Ángeles y fue una de las mejores del año!

3. Más ordenar mi trabajo y buscar hacer siempre las cosas de forma excelente
Llegas al trabajo, enciendes el ordenador y te pones a trabajar. GRAN ERROR. Esa es la mejor manera para que vuelvas a casa con la sensación de no haber avanzado nada (y consecuentemente perdiéndote el agradable placer de volver con el deber cumplido). Lo primero que intento hacer nada más llegar a la oficina (y sin encender el ordenador) es anotar las tres cosas más importantes que puedo hacer en ese día. Las tres cosas que harán que mi trabajo avance sustancialmente. Ni cinco ni diez, ni todo lo que debería hacer. Solo tres. Porque tengo el compromiso de que mi trabajo sea excelente. Y es prácticamente imposible hacer de forma excelente diez cosas en un solo día.

4. Más emprender nuevos proyectos
Pocas cosas hay en este mundo que me llenen de más energía que iniciar nuevos proyectos. Si jamás lo has intentado, te lo recomiendo con fuerza. No hace falta que sean grandes. Los proyectos pequeños o simplemente el participar de los proyectos de otros es tan interesante como la mayor de las aventuras. Para mi lo importante es que los nuevos proyectos me lleven a trabajar con gente nueva, que me enseñe nuevas cosas y me lleve a situaciones en las que no he estado nunca antes.

5. Más ser un ejemplo positivo para los demás
Una de las cosas que más feliz me hace es saber que todo lo bueno que me está pasando -que me vaya bien en todos los sentidos y la proyección pública que eso tiene- sirva de inspiración para otros. Uno de los momentos que me llenó de más energía el año pasado fue cuando recibí un mensaje de un chico que, por haber contado en casa que era gay, había pasado el peor año de su vida. Me decía en su mensaje que gracias a ver que había personas como yo que decíamos abiertamente que éramos gays se le hacía más liviano el mal trago que estaba pasando.

6. Menos trabajar en cosas que no me divierten
Te parecerá imposible pero puedes dejar de trabajar en las cosas que no te gustan. Si tu trabajo tiene cosas que te divierten y cosas que no, haz más de las que te divierten y deja atrás las que no. Si haces más de lo que te gusta harás un trabajo excelente y eso te llevará muy lejos. Si sigues haciendo lo que te quita energía los más probable es que termines sin ella y haciéndolo mal. ¿Cómo dejar de hacer lo que no te gusta? Habla con tu jefe. Yo lo hice.

7. Menos estar con personas que me quitan energía
A veces, sin saber por qué, acabamos sentados en una mesa con una persona que nos hace sentir mal, nos chupa la energía y nos deja el resto del día sintiéndonos fatal. Identifica y termina esas relaciones lo antes posible. Si son amigos tuyos, déjalos atrás. Si son gente con la que trabajas, reduce las reuniones y el contacto con ellos. En serio, hazlo.

8. Menos sedentarismo y pereza
Adelgazar o ponerse un cuerpazo. Ese es el propósito de mucha gente en año nuevo. Yo prefiero disfrutar lo que va entre medio: hacer ejercicio e ignorar mi pereza. Ésto último es importante: unas de las cosas que he conseguido hacer este año es ignorar mi pereza, no le hago caso, me marco unos días y unas horas concretas para hacer ejercicio y esté cansado o no voy a hacer deporte. Sin perdón. El resultado es que acabo más relajado, feliz (y con un cuerpazo!)

9. Menos noches sin dormir
Esto está muy relacionado con lo anterior pero no exclusivamente. Una de las principales ventajas de terminar con el sedentarismo es que se duerme mucho mejor. Y dormir es fundamental para estar feliz. No sé si a vosotros os pasa lo mismo pero día que no duermo, día que me siento triste. Si duermo, todo es fantástico. Pero no solamente va ligado al deporte. Quizás no hace falta salir hasta las cinco todos los findes y vale más la pena montar un buen brunch con amigos el domingo o salir a fotografiar la ciudad.

10. Menos porquería
Compramos más cosas de las que necesitamos. Ya lo sabes. Ahora aplícate lo que sería su corolario: compra menos porquería. Porque si bien es cierto que hay algo de placer en comprarte cosas, ese placer es extremadamente breve y el agujero vuelve a aparecer. Por no decir que tu casa acaba llena de mierda. Tendemos a acumular pero eso no nos lleva a ninguna parte. Mira los reportajes sobre ricos, ellos están tan preocupados por su yate como tú por comprarte una tele nueva. Y ninguna de las dos llena ni a uno ni a otro. No te dejes atrapar. La próxima vez que quieras comprar algo piénsatelo dos veces. ¿Realmente lo necesitas? Y si no lo necesitas pero realmente lo quieres asegúrate de que la porquería que compres sea realmente buena porquería. Para que, por lo menos, te dure un tiempo.

En fin, esas son las mías.
¿Qué cosas vas tú a “hacer más” y a “hacer menos” este año?