Cómo terminar con la Homofobia

¿Cómo luchar contra la homofobia? Muchas personas suelen preguntarme de qué sirve ganar causas concretas cuando los problemas a los que nos enfrentamos son mucho más grandes. La homofobia es un buen ejemplo de ello. Tengo la suerte de dirigir la sección española de la mayor plataforma de activismo online del mundo, Change.org, y en la plataforma vemos constantemente campañas para luchar con distintos aspectos de la homofobia: padres a cuyos hijos no admiten en un colegio por ser gays, parejas que son expulsadas con insultos de restaurantes por el mero hecho de besarse, adolescentes que sufren por la pasividad de sus compañeros y profesores. La gente gana muchas de estas campañas y consigue terminar con las injusticias concretas pero cómo terminar de verdad con el problema de fondo. ¿Cómo terminar con la homofobia?

Los grandes problemas no son grandes porque sean de gran tamaño sino que son grandes problemas porque son complejos. Los grandes problemas están compuestos de miles, de cientos de miles e incluso de millones de pequeñas ramificaciones que hacen que las grandes soluciones casi nunca acaban de funcionar. Por eso, pese a que es necesario, un tratado internacional no va a terminar con la homofobia. Por eso, por muy útil que resulte, una ley de matrimonio igualitario no va a terminar por sí sola con el problema mayor de la homofobia. Las grandes soluciones, como nos ha demostrado la Historia, en muy pocas ocasiones han logrado terminar con los grandes problemas.

¿Cómo terminar entonces con un gran problema como la homofobia? De la manera contraria a lo que la mayor parte de la gente cree. No con grandes soluciones sin con pequeñas soluciones. Con miles, cientos de miles, millones de pequeñas soluciones que terminen con cada uno de esos miles, cientos millones de pequeñas ramificaciones de los grandes problemas. Los grandes problemas hay que secarlos de raíz.

Y ahí es donde entras tú. No hay ninguna organización capaz de dar millones de pequeñas soluciones. Pero la gente sí puede, tú puedes. Tú puedes denunciar, luchar y terminar con injusticias concretas. Tu puedes parar una conversación y decir que ese comentario es homófobo. Tu puedes ir a hablar con esos amigos gays que han decidido callarse cuando les han denegado la inscripción y luchar por ellos, tú puedes enfrentarte al homófobo que insulta, tú eres la única persona que puedes terminar con el sufrimiento de un chaval que se ahoga por el mero hecho de que le gustan las personas de su mismo sexo.

Para que veas que esto no son palabras, hace unos días publicamos un infografía con las principales victorias que la gente ha tenido en Change.org. Vitorias de gente como tú que un día decidieron hacer algo para empezar a terminar con la homofobia.