Brasil, uno de los países en vías de desarrollo más importantes del mundo, ha publicado recientemente sus resultados económicos de 2007. Esos datos y los que se proyectan parecen indicar que Brasil seguirá creciendo mucho y bien.
Las inversión extrajera alcanzó el 13’4% en 2007. El aumento de la oferta que esto significa para la economía Brasileña va a ser uno de los instrumentos que se espera ayuden a contener la inflación. Se trata de un problema que, si bien ante la debilidad del dólar está afectando a la mayor parte de países del mundo, es un problema de especial importancia en Brasil. La pérdida de competitividad que ello supone para la economía brasileña puede llevarla a sustituir a la industria local por la importación de productos más baratos. Para evitar esta situación Brasil prevé contener el gasto de las familias que se espera que aumente desde el 6’2% del año anterior a un 7’5%.
El año pasado el crecimiento tuvo un caracter distribuido. Los sectores industrial, agropecuario y terciario crecieron de forma homogénea entorno al 5%. El cremiento para el presente año se espera igualmente moderado. Desde hace años Brasil se ha situado en la senda del crecimiento controlado apoyándose en tres pilares: un tipo de cambio flotante, medidas para controlar la inflación y una política fiscal restrictiva.
La situación invita al optimismo pero no hay que olvidar sus retos pendientes: deficiencias en sus infraestructuras, ineficiencia jurídica, inseguridad ciudadana, burocracia asfixiante, caos tributario. Todo ello sostenido por un Estado presa de la corrupción. Para afrontarlos, Lula anunció, nada más ser reelegido un paquete de medidas para luchar contra estos graves problemas.
Quizás éste último, su presidente, sea una de las mayores virtudes del país. Lula se ha consolidado como un hombre puente. Un puentre entre los dos grupos de población que más llaman la atención en Brasil: los ricos y los pobres. Con Lula, los pobres avanzan. Los ricos también. Se trata ahora de conseguir que los primeros lo hagan más rápido.