"Piensas que estoy Loco"

HELICÓN: ¿Y qué es lo que querías?

CALÍGULA (sigue con naturalidad): La luna.

HELICÓN: ¿Qué?

CALÍGULA: Sí, quería la luna.

HELICÓN: ¡Ah! (Silencio. HELICÓN se acerca.) ¿Para qué?

CALÍGULA: Bueno… Es una de las cosas que no tengo.

HELICÓN: Claro. ¿Y ya está todo resuelto?

CALÍGULA: No, no he podido conseguirla.

HELICÓN: ¡Qué lástima!

CALÍGULA: Sí, por eso estoy cansado. (Pausa). ¡Helicón!

HELICÓN: Sí, Cayo.

CALÍGULA: Piensas que estoy loco.

HELICÓN: De sobra sabes que nunca pienso. Soy demasiado inteligente para eso.

CALÍGULA: Sí. ¡En fin! Pero no estoy loco y aún más: nunca he sido tan razonable. Simplemente, sentí en mí, de pronto, la necesidad de lo imposible. (Pausa). Las cosas, tal como son, no me parecen satisfactorias.

Calígula (Acto primero, Escena cuarta)
Albert Camus

Visto en La Divina Comedia