Una isla a la deriva

Hoy los Tigres de la Liberación de la Eelam Tamil (LTTE) han anunciado su rendición ante el Ejército de Sri Lanka. Si se confirma el fin del conflicto, habrá terminado una de las guerras más sangrientas que seguía abierta desde la etapa de la descolonización. Sin embargo, la forma con la que se ha llegado, por aplastamiento militar, puede mantener vivo el rencor entre la población tamil de la isla asiática dejando entreabierta la posibilidad de reavivar la llama del conflicto militar si no se gestiona correctamente la victoria del Gobierno singalés.

Los tamiles llegaron a la isla hace unos 2000 años. Se instalaron, principalmente, en las provincidas del norte y del este. Se trataba de descendientes de los drávidas del sur de la India. El conflicto con la etnia cingalesa dominaría la isla desde entonces. Los cingaleses representan el 74% de los habitantes del país, mientras que los tamiles constituyen el 20%. Éstos se dividen en dos grupos: los tamiles de Sri Lanka y los tamiles indios. Aunque éstos últimos vienen de una oleada de inmigración más reciente, ambos grupos comparten características étnicas comunes y exigian, inicialmente, la autonomía regional o la formación de un estado tamil separado.

En la década de 1950, probablemente animados por el movimiento descolonizador que permitió la independencia de la India del Reino Unido en 1947, la minoría tamil protagonizó levantamientos secesionistas y en septibembre de 1959 era asesinado el primer ministro singalés. Se iniciaba así la etapa más reciente del conflicto.

Su cara armada más significativa nacería en 1976. Los Tigres tamiles tenían como objetivo lograr un estado tamil independiente. Tras conseguir llegar acuerdos con otros grupos tamiles armados en 1986 se iniciaría una verdadera guerra civil donde el único bando perdedor han sido, y siguen siendo, los civiles.

Hasta hoy, Sri Lanka era una isla que navegaba a la deriva. Ahora, el gobierno de Sri Lanka tiene la oportunidad de establecer un nuevo rumbo hacia la convivencia, el respeto y la protección de los derechos fundamentales de todas las étnias que conforman la población de su país.