Disparar a civiles

Desde el 19 de agosto han tenido lugar en Myanmar un conjunto de protestas pacíficas protagonizadas por monjes, activistas y ciudadanos ordinarios con el fin de combatir la represión y la injusticia. El 26 de septiembre, el gobierno militar de Myanmar respondió con violencia. Miles de manifestantes han sido arrestados y encerrados.

Mientras tanto, en el Myanmar oriental, una catástrofe que ya cuenta más de 45 años ha alcanzado uno de sus peores momentos ya que la Junta Militar ha acrecentado sus ataques contra las minorías étnicas de la zona. Los esfuerzos del gobierno por imponer el control sobre las zonas de frontera étnica han vaciado alrededor de 3000 pueblos en tan solo una década, una media de casi un poblado por día durante los últimos diez años. Las fuerzas de las Junta Militar de Myanmar, el Consejo para la Paz y el Desarrollo Estatal, están bombardeando los poblados con morteros, saqueando y quemando las casas has reducirlas a cenizas y destruyendo las cosechas en un intento de arrasar los medios de subsistencia de las comunidades rurales. Los soldados birmanos tienen orden de disparar a los civiles nada más verlos.

Vía Witness.org