Facebook y la Felicidad

Sonrisa2

Ayer el Partido Popular nos sorprendió a todos, una vez más, con una propuesta que, de no estar planteada en serio, provocaría hilaridad.

Imagino que habréis leído que el partido conservador quiere, en primer lugar, rebajar la edad penal de los menores a los 12 años; en segundo, prohibirles acceder a las redes sociales si tienen menos de 14 y establecer la necesidad del consentimiento paterno entre los 14 y los 18.

Lo que más me interesa del asunto no es tanto comentar los pormenores de este absurdo concreto sino la reflexión de fondo que puede hacerse sobre los valores que refleja una propuesta de este tipo.

El Partido Popular, ahora mismo uno de los más conservadores de toda Europa, nos está diciendo que su visión del mundo es un modelo paternalista. En él, las personas no están capacitadas para ir asumiendo responsabilidades a medida que se desarrollan ni, cuando están prácticamente desarrolladas, pueden establecer lazos con otras personas sin el visto bueno de la autoridad. Ésto significa que el Partido Popular quiere un mundo con menos derechos, con menos libertad y, por lo tanto, un mundo mucho más infeliz.

Pero va más allá. En lo que aparentemente sería una paradoja, quiere cargar la mayor cantidad posible de responsabilidad en los niños y niñas de entre doce y catorce años. Quiere que paguen como si fueran totalmente responsables aquellos que ellos mismos consideran absolutamente irresponsables. ¿Cómo se entiende la paradoja? En realidad es muy sencillo. Los conservadores proponen solamente un modelo de vida, una forma de familia, una moral (católica), una España, un único modelo económico… y cualquiera que se salga de ahí debe ser condenado al ostracismo.

Los valores progresistas, y por ende los de las personas de izquierdas de este país, son bien distintos. Nosotros no vemos el mundo con una visión paternalista sino que lo vemos como un lugar en el que cada persona es extremadamente valiosa. Por ello, cada uno debe poder desarrollar todas sus posibilidades. Para lograrlo, hay que acompañar, educar, explicar e inculcar los valores de la responsabilidad. Nosotros no prohibiríamos a un menor de 14 años participar en redes sociales por Internet. Nos sentaríamos con él y le explicaríamos los riesgos y oportunidades que le ofrece la red. Le enseñaríamos qué cosas puede compartir y qué otras debe guardar para las personas de confianza. Le enseñaríamos, en definitiva a asumir la responsabilidad del mundo que ha decidido explorar.

Evidentemente, ya ni se nos ocurriría establecer que en su adolescencia nos pidieran permiso para entrar en Facebook. Las conversaciones mantenidas durante todos los años anteriores, la confianza generada y los valores compartidos tienen que ser suficientes para que un adolescente utilice las redes sociales apropiadamente.

Y tampoco compartimos la visión excluyente del Partido Popular. No creemos que haya un solo modelo de familia sino muchos. No creemos que la moral católica apostólica y romana sea la que deba imponerse en el espacio público sino que es la ética que representan los valores democráticos la que debe regir nuestra convivencia. Creemos que España es plural. Y no estamos, para nada, por el Fundamentalismo del Mercado sino por una economía que sea un instrumento al servicio de las personas.

En definitiva, una vez más, nos proponen una elección. Nos proponen elegir entre un mundo conservador, cerrado, asfixiante, poco solidario e impositivo y otro muy distinto, un lugar donde vivir en el que la educación, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, el pleno desarrollo de la personalidad y la libertad sean los valores dominantes.

A mí, que queréis que os diga, me gustan más los valores progresistas. Me hacen más feliz.

¿Y a ti?