Un ejército de valientes

El 17 de marzo de 2013, un chico de Madrid llamado Victor Granado reunió a un puñado de personas en un parque para practicar rugby. En tan solo un año, aquel puñado de personas se habían convertido en el primer equipo de rugby gay inclusivo de España contando con más de 50 jugadores. Hoy, dos años después, los Madrid Titanes no solamente siguen aglutinando a decenas de jugadores sino que han debutado en competición oficial y se han convertido en una referencia en la lucha contra la discriminación en el deporte.

Cualquiera que hubiera escuchado los planes de Víctor por aquel entonces le habría dicho que lo que quería crear era imposible. España no es un país propicio para el rugby. Casi nadie conoce este deporte. De entre quienes lo conocen pocos son los que lo juegan. Y muchos menos son los que, jugando, se conocen bien sus reglas (entre los que, por cierto, me incluyo). Por si no fuera poco, las referencias en nuestro país son escasas. La selección española lucha todavía por hacerse un hueco entre las grandes selecciones del mundo. Y por si todo eso no era suficiente, Víctor quería crear un equipo que además tuviera la misión de luchar por la inclusión, luchar contra la homofobia en el deporte y hacer visible que el rugby es verdaderamente un deporte para todo el mundo. Lo tenía todo en contra.

Pero frente a la dificultad, se impuso una visión. Una visión de reunir a un grupo de personas que quisieran la vida de una manera distinta. Compartiendo unos valores. Valores dentro y fuera del campo. Crear un club basado en principios. El trabajo en equipo, el respeto, la diversión, la disciplina y la deportividad son valores que se atribuyen a este deporte en cualquier libro que se pueda leer sobre el mismo. Y ese fue su éxito, tener la visión de transformar una declaración de principios en un movimiento vivo de personas que trabajan duro, se esfuerzan por entender qué significa el respeto en el día a día, que se desviven por sus compañeros en momentos de dificultad, que se equivocan y tienen la humildad para enmendar sus errores, que se hacen daño y siguen jugando sin quejarse porque, probablemente, un compañero sienta más dolor y no da muestras de rendirse. Pero, sobre todo, su éxito es el de haber reunido a un equipo de personas que no tienen miedo. Su éxito es haber fundado un ejército de valientes.

Se cumplen dos años del nacimiento de los Madrid Titanes y escribo estas líneas porque no son tantas las veces en las que es fácil ver en nuestro entorno lo que significa el liderazgo bien entendido. Porque necesitamos más personas como Víctor que sean capaces de mostrar al mundo que una visión puede convertirse en realidad. Porque necesitamos más personas como sus jugadores que nos ayuden a entender lo que significa el trabajo el equipo, el esfuerzo y la solidaridad. Porque necesitamos más ejércitos de valientes pues no hay mayor valentía que la de vivir comprometidos con unos valores.

Escribo estas líneas porque necesitamos saber que podemos ser mejores.

titanes_rainbow