Entra en vigor el Tratado contra las Bombas de Racimo

Hace tres años, por estos días, publicaba en mi blog un artículo que me dejó pensando durante todo el verano. En él hablaba sobre las Bombas de Racimo, unas armas infames que además de violar el Derecho Internacional Humanitario se acababan convirtiendo en una especie de minas antipersonas que se cobra la vida de miles de niños en todo el mundo.

Al cabo de un mes decidí hacer algo. Me puse en pie contra las Bombas de Racimo y prometí iniciar una campaña para que estas armas dejaran de fabricarse en España. Hice un llamamiento a la blogosfera y la respuesta fue abrumadora: primero decenas de blogueros contestaron a mi publicación diciendo que se unían a esa «campaña», después varios diseñadores gráficos se pusieron en contacto conmigo para diseñar la imagen de la campaña, para entonces ya eran más de un centenar de blogueros los que se habían sumado a este movimiento y comenzamos a escribir correos electrónicos a nuestros representantes en el Congreso para que España, en contra de lo que venía declarando, se comprometiera a firmar un tratado internacional por la prohibición sin ningún tipo de excepciones.

La campaña se hizo formal, creamos un site específico (mi blog ya no daba para más), comenzaron a llamarme de medios como ElMundo, Elpais, concedí varias entrevistas a RNE. Incluso ONGs que llevaban mucho tiempo trabajando en este terreno me escribieron para ver cómo podían sumarse a este movimiento espontáneo que había surgido en la blogosfera española.

La culminación a esa campaña vino solamente quince días después, cuando desde el Congreso de los Diputados se comunicó que el Partido Socialista había admitido introducir una enmienda en la Ley de Armas que en ese momento se estaba tramitando en la cual se recogía el compromiso de firmar dicho Tratado sin excepciones. Fue una victoria clara de la blogosfera española y de todas las personas que, de un modo u otro, apoyaron la campaña.

Desde entonces he venido haciendo seguimiento de lo que viene siendo este proceso mundial por la erradicación de las Bombas de Racimo, también conocido como Proceso de Oslo. Y hoy vuelvo a escribir porque ayer entró en vigor el Tratado por el que se prohiben las Bombas de Racimo:

Adoptada en Dublín el 30 de mayo de 2008 y abierta a firma en Oslo en diciembre de 2008, la Convención prohíbe el empleo, producción, almacenamiento y transferencia de municiones en racimo y obliga a destruir reservas en un plazo de ocho años, limpiar la tierra contaminada por municiones en racimo en un plazo de diez años y proporcionar asistencia a sobrevivientes de las municiones en racimo y a las comunidades afectadas por éstas.

A día de hoy 107 países han firmado la Convención y 37 la han ratificado. Entre ellos hay países que venían siendo productores de bombas de racimo así como otros países que han sido las principales víctimas de estas armas. Se trata de un gran número de países que demuestra que se está extendiendo la estigmatización de estas bombas que no respetan la diferenciación de militares y civiles en tiempos de guerra. Va a quedar muy clara la línea que separa a aquellos países que se preocupan y cumplen con el Derecho Internacional Humanitario y aquellos que no. Entre los países que han ratificado se encuentran casos tan destacados como el del Reino Unido, uno de sus principales fabricadores en el mundo.

Además, recientemente Moldavia y Noruega se sumaron a la lista de países que ya han destruido todo su arsenal de bombas de racimo, sumándose a España, quien fue la primera en hacerlo, al completar el desmantelamiento de todo su arsenal el año pasado. Otros doce países ya han comenzado este proceso de destrucción de arsenales y en diciembre de 2009, Albania terminó de limpiar su territorio de las submuniciones que propagan las bombas de racimo, convirtiéndose en el primer país signatario en hacerlo.

El proceso, no termina aquí, pero ayer fue un gran día para aquellos que llevamos algún tiempo intentando que el mundo sea un poco mejor y hay que celebrarlo.